
El diablo es malo, muy malo, no se fía ni de su sombra. Sabe que ha hecho mucho daño y llega incluso al paroxismo de temer de sí mismo. Pero incluso así tiene adictos, y de ellos se vale para sus embrujos. Claro, estos lame culos tienen vida limitada; o se cansan de servirles, o es el propio brujo quien los desaparece. Este truhan conoce que: " A quien hierro mata, a hierro muere", y no quiere correr riesgos.
Sabemos que el mal ejerce su fascinación sobre muchos humanos, y por eso se propaga, y justamente por eso tantos se prestan a servir al "mandril", aún a riesgo de sus propias vidas. Esto lo sabe muy bien el diablo, que es malo pero inteligente, muy inteligente. Se sirve de ésta fatal fascinación para lograr sus fechorías.
Pero, y si uno de estos discípulos aprende bien la lección, se endiabla y mata al diablo ?.
Por Luis Ruiz
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