Este cuadro fué un regalo de Osvaldo Lugo (cuando el mundo todavía marchaba bien), y no nos habíamos desperdigados por el mundo, y nos amabamos, y de alguna manera (que siempre existe) eramos felices. Lo traje de vuelta a Berlín, y ahora vive conmigo, por suerte. Está colgado en la sala, en un lugar muy especial, como constancia de aquellos tiempos, y sobre todo de nuestra amistad.
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Este cuadro fué un regalo de Osvaldo Lugo (cuando el mundo todavía marchaba bien), y no nos habíamos desperdigados por el mundo, y nos amabamos, y de alguna manera (que siempre existe) eramos felices. Lo traje de vuelta a Berlín, y ahora vive conmigo, por suerte. Está colgado en la sala, en un lugar muy especial, como constancia de aquellos tiempos, y sobre todo de nuestra amistad.
Luis de Camaguey
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