Hoy he decidido no leer lecturas impropias, aquellas que me quitan el aliento y me mantienen en vilo. Necesito paz. Mantenerme limpio y puro.
Estoy sentado aquí, en ésta butaca de tapíz blanco, junto a la ventana, sólo. No espero a nadie.
Es media mañana. Ralf acaba desalir. Afuera brilla el sol y el cielo es azul.
El silencio es casi total, sólo un leve sonido metálico llegado desde fuera rompe esa armonia lograda por el silencio. Ah, y mis pensamientos, pero esos no hablan, viven dentro de mí.
De mis lecturas sabatinas (dije que sólo leería lo elegido, lo no contaminante) rescato esta frase: Será el amor, pués, esa imprescindible pasión aerostática sin la cual nadie aprecia el paiseje aún a costa de finalmente estrellarse contra él?
O ésta otra: "el libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez se han inventado, no se puede hacer nada mejor".
Por Luis Ruiz
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