lunes, 24 de septiembre de 2012

Un cafecito, por favor.

Un cafecito, por favor. Pero ya Ralf salió para el trabajo, cuando está es él quien lo prepara. Un espreso naturalmente, en la cafetera italiana. Permanezco en la cocina hasta que el café está listo, no quiero que la cafetera explote, a mi madre le ha pasado dos veces. Lo bebo mientras miro a través de la ventana. Mañana otoñal. Recorto fotos de una revista, pueden ser material de trabajo para un próximo cuadro. Tendré que salir a comprar pinceles y pintura, no encuentro la caja donde empaqué las cosas. Durante cuatro semanas todo será provisional. Pero no puedo privarme de las ganas de trabajar. Una mujer saca a su perro y pasea por el jardín. El resto es silencio.


Por Luis Ruiz.

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