martes, 26 de octubre de 2010

Entre dos aguas

Aveces resulta difícil llamar las cosas por su nombre. No faltan razones para mentir. Como mirarse en el espejo y no reconocer al que aparece al otro lado. Decir: soy felíz, parece una utopía. Pero afirmar lo contrario no es un acto de buena fé.

Entre dos aguas.

Intentar la salvación, rescatando la verdadera imágen del cúmulo de desperdicios acumulados duranta la travesía, es lo más inteligente. Aunque la memoria doliente no da tregua, se impone, advierte de su presencia modificando el presente.

Y el presente es una palangana llena de agua donde puedes ahogarte.

Pero, cómo desafiar las fuerzas de la naturaleza? Otro intríngulis. Como tantos.

A cambio; la luz oblicua de la tarde, un trago de ron con cola, el silencio impuesto, la brevedad del desconcierto, ciertas ínfulas de artista fustrado, varios amores, y la incertridumbre...


Por Luis Ruiz

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