lunes, 25 de octubre de 2010

A mi padre.

Yo sé que existes

más allá de mí

en algún lugar

apenas presentido.

Que me miras

y reconoces a pesar

de los cambios

y las maromas,

a pesar de tí mismo.

Porque en ese nuevo

mundo tuyo

no existe el olvido,

ni hay espacio para

cultivar rencores,

y mucho menos

para disculpas.

Aveces creo verte.

Y cómo llegaste hasta aquí

desde tan lejos?,

caminando con paso

cansado, alerta,

de una habitación a otra,

no vigilándome, sino

simplemente atento para

que el camino no me pierda,

y un día podamos

juntarnos, abrazarnos,

decirnos:

Hijo! Padre!



Por Luis Ruiz

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