domingo, 6 de septiembre de 2009

Amores diferentes

A partir de dos lecturas recientes sobre el mundo gay, una de Arturo Pérez Reverte : Mundo gay, en el blog "El Penthaus de Heriberto", y el fragmento de una película presentada en Cannes, sobre dos judíos, uno padre de cuatro hijos, y el otro un bellísimo jóven de 22 anos, que se enamoran, presentada por zoé valdés en su blog, me siento tentado a hablar del tema.


Mucho se habla de la diversidad sexual, y mucho se ha logrado en ese sentido, esa es una verdad indiscutible. Pero al parecer muchos, aún, se muestran reacios a aceptar esa realidad. Algunos por ignorancia, falta de información suficiente, e incluso miedo. Sí, miedo a verse reflejado en el espejo de los que sí encontraron su sexualidad, y no tienen miedo de mostrarla. Yo entre ellos. Lo cierto es, que cada cual tiene derecho a elegir a quien ama, con quien hace el amor, a quien le entrega su cuerpo, de que forma manifiesta sus placeres. El amor, y también, por qué no, el sexo, posee varias formas, tonalidades, ritmos ...


Ayer, aquí en Berlín, en el barrio de Schöneberg, se realizó la fiesta Folsom (creo que sus orígenes fueron en Inglaterra). Sin duda un espectáculo, sobre todo para los no diestros en tales visiones, bastante fuerte. Los chicos aveces se pasan. Muchos hombres vestidos totalmente de cuero negro, latex y otras texturas, con máscaras, amarrados con cadenas, arrastrándose por las calles como animales dósiles, domesticados, de la mano de su dominador. Otros casi completamente desnudos dejándose dar latigazos, o fuertes golpes en las nalgas con otros objetos. Hombres encerrados detrás de rejas metálicas dejándose sodomizar por sus semejante. Y al mismo tiempo, el placer producido por tales prácticas, la excitación y el morbo, en fín, todo a plena luz del día. Y otras cosas más que cualquiera quedaría en shok al verlas. Todo eso y mucho más sucedió ayer en Berlín, a plena luz del día (la fiesta comenzó al medio día), no quieran ver los rollos que se armaron cuando se hizo la noche, y el alcohol y otras sustancias empezaron a hacer efecto.


De todo esto se deduce, que nadie puede decir que Berlín no sea una ciudad civilizada, tolerante, y gay. Y de hecho lo es. En días normales, en cualquier distrito, pueden verse por las calles parejas del mismo sexo, caminando tomadas de la mano, haciendose mimos, besandose. Pero no dejan de ocurrir hechos tales como golpizas (producidas por grupúsculos de ultra derecha) , algunas noches, en el mismo corazón del barrio gay ( Schöneberg). O como ocurrió hace un par de meses, que el monumento gay ubicado en el Tiergarten, fué quemado (ya fué restaurado y vuelto a inaugurar por nuestro Alcalde, que también es gay). Hace sólo una semana, un grupo de diez jóvenes alcoholizados y drogados, golpeó e hirió a una trasvesti en la calle donde suelen trabajar. No todo lo que brilla es oro. Todavía hay mucho por lograr.


Amarse es hermoso. Hombres con hombres. Mujeres con mujeres. Hombres con mujeres. Solos, duos y cuartetos, todas las combinaciones posibles. Pero amarse, y no hacer la guerra, eso si es malo, terrible, inadmisible. Contra eso si hay que luchar. Pero no enjuiciar a quienes deciden amar, no importa a quien, como si se ama a una cucaracha. Declaremonos todos libres de cuerpo, mente y espíritu, y amémonos. A la vista de todos, como un acto mágico, en un rito perpetuo de caricias multiples, confundidos y gozosos. Duenos solamente de nuestros instintos y deseos. Sin reparar en edades, ni razas, ni religiones. Todos como uno sólo. Una masa compacta que se ama, y se ama, y se ama.

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