lunes, 9 de agosto de 2010

Llegaré

Llegaré a tu orilla más tarde que nunca, más viejo que nunca, más sólo que siempre, con los brazos abiertos y la mirada cansada y el cuerpo lleno de reflejos inusitados; para abrazarte. Nunca es tarde. Descubro en mi ombligo mariposas sedosas de colores imposibles como los sueños en las noches de verano. Me dejo arrastrar por la utopía del encuentro donde confundidos ascendemos al Olimpo en busca de un milagro. Traspasamos la puerta prohibida y nadie nos detiene. Como si nunca hubiera existido la maldad y los bandidos que nos separaron. Como si no existieran los ojos espías detectando las humedades dejadas en el lecho donde nos amamos. Como si siempre hubieramos sido libres. Libres como pájaros. Nos amaremos debajo de las estrellas, desnudos, sudorosos, ganándole al tiempo la desidia del pasado. Llegaré a tu orilla con la esperanza del amante que nunca olvida.


Por Luis Ruiz

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