sábado, 24 de julio de 2010

Anochece sobre Berlin.

Cae la noche. Se me ocurre que quiero escribir algo. Qué? No puedo decir que estoy triste, más bien preocupado. Leo las noticias, de allá y de acullá. Qué pasa con éste mundo nuestro, por qué tantas cosas malas, negativas, por qué tanto desasociego? No habrá pausa, será así hasta el último día? No quiero ni imaginarlo. Antes era más optimista.
Hay quienes viven sumidos en sus problemas particulares y no piensan tanto en los otros. Hay quienes no viven en paz pendientes de los problemas, que son tantos y no dan tregua. Hay quienes sienten un placer inmenso en hacer daño y no tienen escrúpulos ni cargo de conciencia. Hay quienes cumplen ordenes y no piensan en las consecuencias. La lista de insatisfacciones es inmensa, interminable.
A mí me sucede que quiero hacer algo y no puedo. Me sorprende una inactividad contra la que tengo que luchar con ahinco. Aveces me faltan las fuerzas y me siento vencido. Pero me sobrepongo, no soy tan débil. Glorifico y vanalizo el mundo que me rodea.
Quiero escribir algo y me quedo en esto; divagando.


Por Luis Ruiz

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