viernes, 30 de abril de 2010

Beny More- Vertientes Camaguey



Beny More era el cantante preferido de mi padre. Desde pequeño escuchaba sus canciones, que mi padre hacía sonar en un tocadiscos, un aparato enorme del que se sentía orgulloso, y que había construido junto con su hermano, que a su vez se preciaba de ser un experto con estos asuntos de la técnica.

Mi padre era un hombre extremadamente callado e introvertido, pero cuando escuchaba la música del Beny no se podía contener, recobraba un espíritu fiestero desconocido en él, y sacaba a bailar a mi madre que siempre lo seguía. Mi madre era de las mujeres que sustentaban la teoría de que las esposas deben siempre seguir a sus maridos, sino ellos buscan por allí lo que no encuentran en casa.

Debajo del plato automático del tocadiscos, bien organizados estaban los discos del Beny. Antes de colocarlos debajo de la aguja que los haría sonar, mi padre limpiaba la superficie de vinil con una pieza de gamusa con mucho cuidado. Entonces se sentaba en uno de los balances en la sala, se servía un trago de ron, subía el volumen, y a gozar. Esto sucedía preferentemente los fines de semana o días de fiesta.

No creo haber visto a mi padre disfrutar con otro tipo de música u otro interprete que no fuera Beny More. Era su dios y su inspiración.

Por Luis Ruiz

No hay comentarios: