miércoles, 30 de junio de 2010

Desde madrid


Por la calle de alcala con la falda almidona y los nardos apollaos en la cadera... Madrid nos recivio con huelga del metro, pero ya llegamos y estamos a salvo.

martes, 29 de junio de 2010

Aviso a mis amigos


Hola amigos míos, estaré de viaje una semana, pero trataré de postear desde el teléfono para mantenernos en contacto, espero funcione. No suelo llevar conmigo la computadora, es un poco estresante y evito esa dependencia. Por lo mismo pido disculpas por los posibles errores ortográficos y de redacción.



Por Luis Ruiz

Plan para fomentar la lectura ...!!!


Mis vecinas

Estas viejitas emigrantes que salen todas las tardes al patio, y se sientan allí a conversar quien sabe de que recuerdos de la vida en su país de orígen, no dejan de llamarme la atención, y siempre que me asomo a la ventana y las veo me quedo observándolas largo rato. Ya una vez retraté a tres de ellas y comenté algo, pero ahora al verlas me vuelve a conmover esa presencia tranquila, resignada, de estas mujeres tan mayores que casi no pueden caminar (algunas se ayudan de un bastón), sin ánimos de luchar por una nueva vida en un país extranjero del que ni hablan la lengua, cuyo único contacto con el exterior son esos cortos paseos por el patio del edificio cuando hace buen tiempo.


De alguna manera ésta foto es un homenaje a todas las mujeres emigrantes de éste mundo nuestro de cada día.


Por Luis Ruiz

domingo, 27 de junio de 2010

Del cuaderno "Apuntes de un vendedor de periódicos"

Hace buen tiempo, lo cual es una bendición de dios por estos lares. Aunque parezca increíble el verano no es tal, al menos como lo conocemos en otras partes del mundo. Si como sucede esta tarde, brilla el sol y el cielo es azul y despejado, podemos pensar que de alguna manera la suerte ha tocado a nuestra puerta. Aquí he aprendido a depender de los pronósticos del tiempo. Bueno, más bien diría que se ha convertido en casi una obseción. Por la mañana cuando despierto lo primero que hago es mirar hacia el cielo. Normalmente no recivo respuesta, pero es una guía. Hoy es diferente, el día es como un amante insaciable que quiere ser poseído.

Después del desayuno salí a caminar. Atravesé la Estación de Nollendorf Platz, crucé la Büllowstr, y bajé por la Massenstr en dirección a la Winterfeldt Platz. Caminé despacio, sin prisa, consciente del valor del tiempo que no conoce lo que significa tener que llegar a alguna parte. En realidad no deseaba llegar a lugar alguno. Me dejaba ir. Así como quien vaga sin destino, dispuesto a perder el tiempo. Tampóco trataba de descubrir lo que ya conocía. Más bien observaba distraídamente las casas de mi barrio. Eso , me sorprendí reconociendo que ya pertenecía a ésta ciudad a la que había llegado hace ya quince años. Y pensé en el tiempo, en las circunstancias, y me dije: Eres hijo del destino. Y me pregunté: Qué es el destino? Pero como suele suceder, la distracción me aleja de las cosas esenciales.

Los Cafés recivían a sus primeros huespedes. Allí sentados a las mesas colocadas junto a la acera, bebían el primer café de la mañana y disfrutaban del buen tiempo. Pasé frente a ellos con una indiferencia casi irreverente. Los espejuelos oscuros me distanciaban de cualquier contacto visual con los desconocidos. Ellos tampóco reparaban en . No me sorprendió. Aquí nadie mira a nadie. Cada uno a lo suyo. De alguna manera había aprendido la lección.

Como no existía una razón especial para entristecerme, seguí mi camino. Ni siquiera la sorprendente aparición del verano cambiaba el orden de las cosas. Algunos incluso vestían ropas de otoño, como si temikeran un cambio intespetuoso de tiempo. De haberme empeñado en buscar una señal en esos rostros contritos y huraños, no habría encontrado nada. Ni siquiera el desaliento escondido que me acompañaba. Era dueño absoluto de mi silencio, mis pasos, de mi rumbo.

Nunca antes fuí más libre.

Podía incluso gritar, cagarme en la madre del primer pasante; nadie intentaría detener lo que a todas luces catalogarían de locura. Después de todo, a quien le importa que un cubano procedente de Camaguey se sienta sólo y vague sin rumbo cierto por las calles de Berlin?.


Por Luis Ruiz

Alemania vence a Inglaterra 4-1

Los Berlineses celebran el triunfo de Alemania en octavo de final frente a Inglaterra.


Por Luis Ruiz

Del Terruño

Por estos días se celebra el San Juan Camagueyano. Así por arribita recuerdo la calle Jaime, la calle de los Gay y los pepillos. Malos y mejores tiempos; los tiempos de nuestra juventud. Nos reprimían, pero lo que nos prohibían nosotros nos lo permitíamos. Los recuerdos se agolpan, surgen de entre las ruinas de la memoria, a golpe de esos tambores que suenan por tiempos mejores, de plena libertad. Ojalá así sea. Por ellos y por nosotros. Por todos.


Comparseros

Congueros


Ajiaco camagueyano
Por Luis Ruiz



Boleando




Ruiz/Composición
(Hecho con chocolates en forma de pelotas de football)
Por Luis Ruiz


(Cristo Bizantino)


Medio día. Las campanas de la iglesia de la esquina llaman a Misa. Quienes acudirán a escuchar el sermón?-me pregunto con curiosidad. Lo digo porque al menos por mi calle no veo avanzar a nadie con características de beatos dirigiéndose a la iglesia. Además, justo en esa calle se reunen las putas más baratas, feas y sucias de la ciudad, que durante 24 horas operan en el área comprendida por todos los alrededores, la mayoría proveniente de los países de la Europa del Este. Tal vez algunas de ellas entren a rezar una oración y pedirle al señor que les envíe más clientes. O simplemente entren a sentarse y hacer una pausa, pués allí las veo paradas, en invierno y en verano, estoicamente, esperando. Cada día son más, y de aspecto lamentable. Nada ni nadie las puede hacer desistir de su empeño de hacer dinero y carrera en esa profesión tan antigua, como bastante lucrativa para algunas. Ni siquiera la ley. Los vecinos protestan, escriben cartas, entregan pruebas feacientes de corrupción, drogas, alcoholismo, malos ejemplos para sus hijos, alteración del orden civil... Pero vivimos en un país libre, democrático, y eso no es así, ellas tienen derecho, también los chulos que las explotan y maltratan. Ningún ciudadano civilizado puede ofenderse cuando una de estas mujeres se acerca y pregunta: Hast du lust?








Por Luis Ruiz