jueves, 22 de octubre de 2009

UNA FORMA TEMPORAL DEL SENTIMIENTO

No voy a negar los espacios que me habitan. De alguna forma

me siento bien sentado en ésta silla. Es una silla de madera, nada

especial. El placer radica más bien en el tiempo en que floto en

el espacio. Pero no todo es esa divinidad ansiada. Existen

los contratiempos. Siempre ha existido el riesgo; por demás

maravilloso. O sea, que puedo asegurar: soy un hombre

arriesgado. Por algo estoy aquí, digo yo.

El que no arriesga, no gana.

Es cierto, uno llega a creerse esas mentiras (dulces mentiras)

que de tanto repetirse parecen verdades.

Lo importante es existir. Ya vendrán tiempos mejores.

Mientras tanto, el amor tiene voz propia, y deja

que sus sonidos se hagan música en el beso. Y abrazo.

Caricia imprescindible. Mirada de agua marina.


de Luis Ruiz

miércoles, 21 de octubre de 2009

UNA HABITACIÓN CON VENTANAS A LA NOCHE

Es de noche, estoy en la cama. Leo. Escucho el tic tac del reloj. A través de los cristales, la noche. Oscuridad inmensa y absorbente. La noche es una puta consentida. Un hombre que busca entre las sombras las caricias de otros hombres. El alma de un trasnochado. Un criminal agazapado a la espera del momento ideal. El beso fugaz, y el beso intenso. Hogar de bohemios y trovadores. Sigilo y encanto. Yo conocí la veleidad de esas horas nocturnas que alcanzaban el amanecer en una orgía perpetua sin conocer el cansancio. Me embriagué de ron y de besos y de abrazos extranos. Amé con la carne y los instintos. Conocí la eternidad entre las alas de aves de paso.
Hoy la noche me toca con la punta de sus dedos, con una suavidad de madre que todo lo conciente, acariciando al hijo que ya está de regreso. Me mira sin reconocerme, ajena a ésta alegría, o a éste dolor, o a éste cansancio.
A la noche le duelen los ángeles.
Desde la cama contemplo el mundo y sus volteretas de bufón entrenado. No desdigo de nada, no me espanto, no viro la cara, no me retraigo, me dejo absorber por las visiones de ese manto negro que me acaricia y me hace el amor.
Nunca digas: no volveré a deshacer el camino.

de Luis Ruiz

lunes, 19 de octubre de 2009

A MI MADRE

(mi madre)




He sonado con mi madre.

Una casa de ladrillos, un portal,

el patio y su limonero.

La he visto inclinada sobre

la tierra, de espaldas.

Lloraba. Le he dicho:

madre, la vida está

hecha de ausencias.



de Luis Ruiz

Por la manana cuando desperté me llenó de aprenhensión el paisaje que me devolvía la ventana. Detesto los amaneceres sin luz. Sin embargo me ví obligado a aceptar los designios de la naturaleza. Cuando salí a la calle caía una llovizna fina. "No me acostumbro amor, no me acostumbro". Que romanticismo ni que ocho cuartos, lo que visualizo es desolador. Rostros contritos y apesadumbrados, perdidos en el más allá, en un mundo que nada tiene que ver con el entorno; nadie mira a nadie.
En el Metro uno se mira la punta de los zapatos, un jóven va concentrado en la música de su I.pod, un viejo lee el periódico, una mujer tiene los ojos cerrados, otro lee un libro, yo los observo a todos, nadie repara en mí, o fingen que no existo para ellos. El jóven sentado frenta a mí ignora mi mirada escrutadora cargada de símbolos mágicos. En éste mundo virtual no hay espacio para el coqueteo descarado a plena luz del día. La mirada indiscreta puede ser una afrenta al mundo privado del observado. A mí ni el frío, ni la masa de grises amenazantes que nubla la manana, me quita las ganas. Dicen que éste tiempo es propicio para el suicidio. Yo pienso que lo mejor es encamarse y hacer el amor. Cómo logran programar el deseo?. Semejante disciplina me es tan ajena como los conocimientos de la luna. Ni los adolescentes muestran signos de exitación. Que distinto todo de aquel país castigado por el sol. Recuerdo cuando yo era estudiante de Secundaria y salía temprano en la manana hacia la escuela; la tela del pantalón amarillo del uniforme ajustado al cuerpo, no podía contener la torre de Pissa que amenazaba con caer y partirsela a cualquiera. Será que mi cuerpo conserva la energía animal de aquellos tiempos?. Cliché o no, pero un nativo bien vale una misa!. Mis ojos bailan cual bailarinas enajenadas por los acordes de una música salvaje. Me habré subido al tren equivocado?. No. Compruebo que todos son de carne y hueso. Yo soy el intruso, el provocador, el anormal e insensato. Tan temprano y con esos pensamientos: Aberrado!. No puedo encadenar mi cuerpo impidiendole esos desmanes. Está escrito en mi carta astral; ni que fuera tan fácil.
Esta manana fría convoca otras mananas, pero más calientes. Estos rostros sin expresión son sólo una alegoría. Los abandono en la próxima estación. Los dejo atrás, sigo mi camino. Cuando vuelvo a salir a la calle nada ha cambiado. Me subo el cuello del abrigo, hundo las manos en los bolsillos del abrigo. Apuro el paso. Conozco el camino muy bien, sé adonde me dirijo, no necesito levantar la mirada del pavimento mojado.Sólo necesito llegar, incorporarme a la rutina, beber una taza de café caliente; y sonar.


de Luis Ruiz

LOS ENANOS DE BERLIN

domingo, 18 de octubre de 2009



Con Abilio Estévez cuando vino a Berlin a presentar su libro "Tuyo es el reino", y en su aprtamento en Barcelona.