Hay lugares y "lugares". Digo ésto por la contradicción que se establece en algunas afirmaciones. Pienso incluso que la contradicción es a su vez una ratificación. Ahora mismo, aquí, sentado en ésta silla, en ésta habitación, podría calificarme como un ser insatisfecho. Y no lo digo refiriendome a la vida que llevo, sino al hecho de estar aquí, en éste lugar. Sin embargo, y no exagero, puede que sea un privilegio. Por muchas razones. Cierto que existe esa posibilidad maravillosa de poder crearnos un mundo interior, muy personal, que nadie puede negarnos, al que yo llamo "mi mundo". Cuando nadie me interrumpe, leo, pienso, garabateo palabras sobre el papel, y algo mágico, desde aquí me reencuentro con viejos y queridos amigos. No es eso algo grandioso?. También tengo acceso a mucha información, aunque ésto aveces no es muy saludable.
Una mirada a mi alrrededor me confirma la existencia de un mundo paralelo en el que he aprendido a vivir, y eso dice mucho por sí mismo. Al menos a mí me reconforta. Esta especie de laboratorio, rodeado de cristales, a través de los cuales observo a los otros, me devuelve la certeza de que no estoy sólo. No me interesa ser reconocido por los que a su vez me observan a mí. Esa comunicación ciega, silenciosa, anónima, entre ellos y yo, puede ser también la energía que nos mueve a continuar el camino. Aquí y ahora es una buena filosofía de vida. Yo me atengo a éste criterio.
por Luis Ruiz

jueves, 12 de noviembre de 2009
miércoles, 11 de noviembre de 2009
CAFÉ "MOCAY" , CALLE PORTAFERRISA.
martes, 10 de noviembre de 2009
EL REGRESO A CASA DESPUÉS DE LAS VACACIONES DE FIN DE SEMANA
Supongo que regresar de un viaje que nos ha causado placer, sea un beneplácito. Y en el caso de verse obligado a volver de un lugar en el que preferíamos permanecer ?.
Digamos que abandonamos una ciudad a la orilla del mar, en la cual momentos antes de tomar el avión para partir, hemos estado sentados a la mesa de un Café en una plaza, admirados del cielo azul y el sol, complacidos, alegres por estar allí, y al mismo tiempo tristes por la inminente partida. Nos hemos propuesto captar el instante como último consuelo. No sabemos si ha de repetirse, o cuando otra vez.
Se tiene cierta conciencia de posesión con respecto al lugar, aún cuando estamos allí sólo como visitantes. Pero decimos: esa es mi ciudad !. No somos realmente concientes de por qué esa afirmación, aunque así lo sentimos.
Nos disponemos a regresar a nuestra verdadera ciudad. O sea, donde se encuentra nuestra casa, nuestras pertenencias, donde trabajamos. Sucede que no estamos demasiado contentos por recuperar "ese mundo nuestro". Tomamos el avión con cierta aprenhensión, hasta con un poco de mal genio. Es sin duda una actitud contradictoria. A mí me pasa.
Llegas a tu ciudad, la verdadera, adonde realmente perteneces, pero te sientes un poco extrano. Llueve, hace frío, todo está oscuro. Visualizas un mundo diferente al que dejaste hace unos instantes. Comparas. Dónde está el sol, el mar ... ? Piensas inmediatamente en el retorno, mentalmente planeas el próximo viaje, intentas consolarte con tus proyectos, suenas. Eso, cuentas con el recurso de los suenos, y eso, piensas, es una gran cosa. Por qué no ?.
Digamos que abandonamos una ciudad a la orilla del mar, en la cual momentos antes de tomar el avión para partir, hemos estado sentados a la mesa de un Café en una plaza, admirados del cielo azul y el sol, complacidos, alegres por estar allí, y al mismo tiempo tristes por la inminente partida. Nos hemos propuesto captar el instante como último consuelo. No sabemos si ha de repetirse, o cuando otra vez.
Se tiene cierta conciencia de posesión con respecto al lugar, aún cuando estamos allí sólo como visitantes. Pero decimos: esa es mi ciudad !. No somos realmente concientes de por qué esa afirmación, aunque así lo sentimos.
Nos disponemos a regresar a nuestra verdadera ciudad. O sea, donde se encuentra nuestra casa, nuestras pertenencias, donde trabajamos. Sucede que no estamos demasiado contentos por recuperar "ese mundo nuestro". Tomamos el avión con cierta aprenhensión, hasta con un poco de mal genio. Es sin duda una actitud contradictoria. A mí me pasa.
Llegas a tu ciudad, la verdadera, adonde realmente perteneces, pero te sientes un poco extrano. Llueve, hace frío, todo está oscuro. Visualizas un mundo diferente al que dejaste hace unos instantes. Comparas. Dónde está el sol, el mar ... ? Piensas inmediatamente en el retorno, mentalmente planeas el próximo viaje, intentas consolarte con tus proyectos, suenas. Eso, cuentas con el recurso de los suenos, y eso, piensas, es una gran cosa. Por qué no ?.
domingo, 8 de noviembre de 2009
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