sábado, 6 de abril de 2013

El perdón, de la serie Ajiaco.



Por Luis Ruiz.

Para mi los sábados...

Para mi los sábados no se diferencian mucho del resto de los dias de la semana. Soy un afortunado, lo sé. Como cada fin de semana cuando Ralf está en casa por la mañana, es él quien me hace el café, y me lo trae adonde me encuentro (normalmente en la biblioteca frente a la computadora) junto a un huevo duro con sal. Ese es mi desayuno, nada más. En esto de la alimentación soy muy exigente conmigo mismo. Como nos levantamos tarde, a eso del medio día salimos. Desandamos la ciudad, hacemos compras, entramos a un Café, nos encontramos con amigos. Dejamos el tiempo correr o que corra por nosotros a su libre albedrío. Es un día gris, y frio, lo cual hace sobre todo que no se diferencie de los demás. A estas alturas es obvio que para mejor tiempo hay que viajar, y lejos. Pero eso, al menos a mí, es lo que me tocó por la libreta. Y no me quejo. Reconozco que me pudo tocar peor destino. Pero el caso es que también tengo derecho a quejarme y exigir. Que aqui nadie me tapa la boca, ni yo me dejo.


Por Luis Ruiz.

miércoles, 3 de abril de 2013

Rituales, Cees Nooteboom. (Fragmento)


- Nunca he tenido mucha estima a los hombres, la verdad. La mayoría son cobardes, conformistas, confusionistas, avariciosos. Y lo peor es que se contagian los males entre si! Allá arriba nada de eso te afecta. La naturaleza es pura, como los animales. Quiero más a este perro que a todos los hombres juntos. Los animales son directos y no se hacen daño entre ellos, good for them. Cuando por fin se acabó la guerra y nos enteramos de lo que había pasado-traiciones, hambrunas, asesinatos en masa, destrucciones colosales, y todo obra del hombre-entonces me entró el menosprecio por la gente. No por cada individuo en particular, sino por la gente como especie  que es capaz de asesinarse, mentirse y tener miedo de su propia muerte. Los animales son straight, como dicen los ingleses, van derechamente, nunca de modo tortuoso; no tienen consignas ni eslóganes, no mueren por otro ni pertenecen a nadie más que a ellos mismos.

Por Luis Ruiz.

lunes, 1 de abril de 2013

Primer Congreso Nacional Femenino celebrado en La Habana.


El 1º de abril de 1923, se celebró en Cuba el Primer Congreso Nacional Femenino que fue el primero de su tipo convocado en la América de habla hispana.
Hace hoy 90 años, se celebró del 1ro al 7 de abril de 1923, en el teatro Nacional (hoy, Gran Teatro de La Habana) el Primer Congreso Nacional de Mujeres, al que asistieron treinta y una organizaciones. Aunque no participaron en él delegadas obreras, contó con la asistencia de mujeres de distintas creencias o corrientes ideológicas. En la mesa de la junta directiva figuraban Pilar Morlón de Menéndez, como presidenta; Manuela Breéis, como secretaria general; Hortensia Lamar del Monte, como tesorera, y otras personalidades representativas del movimiento feminista. Tuvo un carácter amplio, no clasista, y dio lugar, en un temario de 36 acápites, a enconados debates, los cuales mostraron cuánto pesaban los prejuicios y convencionalismos sociales en las mentalidades de muchas mujeres cubanas.

En las resoluciones de la magna reunión, las participantes reclamaron que se hiciera campaña por el derecho al sufragio femenino; que se luchara por la igualdad de derechos y deberes sociales, políticos y económicos en relación con el sexo masculino; que las drogas y la prostitución fueran combatidas; que se consiguieran leyes protectoras de la infancia y modificaciones en la enseñanza en general, incluidas las escuelas especiales, y que se atendiera la instrucción de la eugenesia y de la puericultura. Además, que se iniciaran acciones para el embellecimiento de la ciudad, el amor a las plantas y a los animales, y otras disposiciones.

El Congreso Nacional de Mujeres fue el primer encuentro de su tipo en Hispanoamérica, y sus conclusiones reflejaron una tendencia a la reforma social. En él expusieron sus criterios, sin limitaciones, las delegadas católicas, protestantes, israelitas y teósofas. Sarah Pascual y Loló de la Torriente participaron como representantes del Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana.



Por Luis Ruiz.