Hay quienes viven sumidos en sus problemas particulares y no piensan tanto en los otros. Hay quienes no viven en paz pendientes de los problemas, que son tantos y no dan tregua. Hay quienes sienten un placer inmenso en hacer daño y no tienen escrúpulos ni cargo de conciencia. Hay quienes cumplen ordenes y no piensan en las consecuencias. La lista de insatisfacciones es inmensa, interminable.
A mí me sucede que quiero hacer algo y no puedo. Me sorprende una inactividad contra la que tengo que luchar con ahinco. Aveces me faltan las fuerzas y me siento vencido. Pero me sobrepongo, no soy tan débil. Glorifico y vanalizo el mundo que me rodea.
Quiero escribir algo y me quedo en esto; divagando.
Por Luis Ruiz
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