En estos momentos leo de E. M. Forster, Maurice. Maurice descubre el amor homosexual, se enfrenta a sí mismo y huye de las convenciones para realizarse. Creo que Maurice hubiera preferido nacer en estos tiempos, y haber conocido a Clive o a Alec en un Bar del Soho del Londres de hoy. Forster comenzó a escribir la novela en 1913 y la acabó en el 1914. La novela es publicada en 1971 tras la muerte del autor.
Segunda Parte
18
Durante los dos años siguientes Maurice y Clive fueron los seres más felices de la tierra. Eran cariñosos y firmes por naturaleza y, gracias a Clive, extremadamente sensibles. Clive sabía que el éxtasis no puede durar. Pero que puede marcar un canal para algo más duradero, y proyectó una relación que mesuró permanencia. Si Maurice creaba el amor, era Clive quien lo preservaba, y quien hacía que sus ríos regaran el huerto. No podía permitir que se desperdiciase ni una sola gota, ni en amargura ni en sentimentalismo, y a medida que el tiempo transcurrió se abstuvieron de toda declaración ( "Ya nos lo hemos dicho todo") y casi de caricias. Su felicidad era estar juntos; irradiaban algo de su calma hacia los demás, y podían ocupar su lugar en la sociedad.
Clive se había proyectado en esta dirección desde que había comprendido el griego. El amor que Sócrates profesaba a Fedón estaba ahora a su alcance, amor apasionado pero lleno de equilibrio, que sólo las naturalezas más delicadas pueden comprender, y hallaba en Maurice una naturaleza, si bien no realmente delicada, si encantadoramente viva. Conducía al amado por las cumbres a lo largo de un estrecho y bello sendero, sobre dos abismos. Este sendero llevaba a la oscuridad final-no podía ver ningún otro terror-, y cuando ésta llegase ellos habrían vivido de todos modos con más plenitud que santos o hedonistas, y habrían apurado hasta el final la nobleza y la dulzura del mundo. Él educaba a Maurice, o más bien su espíritu educaba al de Maurice, para que fueran iguales. Ningúno de los dos pensaba: Estoy dirigido? Dirijo yo?. El amor había apartado a Clive de la trivialidad y a Maurice del desconcierto para que dos almas imperfectas pudiesen alcanzar la perfección.Así, procedían en lo exterior como los demás hombres. La sociedad los aceptaba, como acepta a miles de seres semejantes a ellos. Tras la sociedad, dormita la ley. Pasaron sus últimos años en Cambridge juntos. Viajaron por Italia. Después, la prisión se cerró, pero sobre ambos a la vez. Clive entró en el foro. Maurice en los negocios. Aún estaban juntos.
Por Luis Ruiz
Por Luis Ruiz
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