Mejor quedarse en casa, al menos esa ha sido nuestra desición. La mayoría de los vuelos están cancelados a causa de las nevadas, y las Autopistas llenas de peligros, los accidentes se suceden a diario con resultados fatales. Estos son días de reposo mental y espiritual, así me lo planteo yo, nada de problemas ni ruido en el sistema, nada que pueda alterar el ánimo de recogimiento y paz tan necesario para el cuerpo y el alma.
Buena música, un buen libro, conversación agradable con los amigos, paseos por la ciudad o un parque (bien abrigados desde luego), actividades regenerativas. Yo recomiendo alejarse de los espíritus mezquinos, los malos pensamientos, y todo aquello que genera mala energía. Sobre todo (es cosa mía desde luego), nada de ir por atracción, pasión o costumbre, a los espacios que sólo traen dolores de cabeza, preocupación, complicaciones. Nooooooooooooooooo... Vestirse de alegría, amor, con trajes suaves y agradables.
Hoy por ejemplo, salimos a almorzar, y luego a caminar por la ciudad, sin apuro, pausadamente, dichosos de estar juntos y poder compartir esos momentos. Ahora mismo me estoy tomando un Cubalibre y pensando tonterías.
Por Luis Ruiz.
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