miércoles, 8 de diciembre de 2010

Una anécdota contada por Dulce Maria Loynaz.

Un día 10 de diciembre de 1902, nace en la Habana Dulce Maria Loynaz. Con éste video y ésta curiosa anécdota quiero rendir homenaje a la gran poetiza cubana que tantos bellos textos nos dejó. Mujer culta, de una muy fina sensibilidad, obligada a vivir los últimos años de su vida refugiada en su casona del Vedado, rodeada de gatos, antiguedades y recuerdos, que la salvaban de la decadencia moral y cultural que allende los muros de su mansión, iban corcomiendo la sociedad que la rodeaba. Imagino lo difícil que sería para una mujer de su estirpe, verse privada del placer de un paseo tranquilo, socegado, bajo las grandes arboledas del barrio del Vedado, sin ser víctima de los ruídos del vulgo que empezaban a invadir las casas vecinas convertidas practicamente en solares, después que sus dueños las abandonaran huyendo del país. Ella prefirió morir allí donde había nacido, y que la enterraran con sus recuerdos.




Por Luis Ruiz

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