viernes, 4 de noviembre de 2011

Abro el libro...

Abro el libro que siempre está allí, al alcance de la mano. Leo. Me reconozco en sus palabras. Un hombre callado, inteligente, de ojos como el mar. Es de noche, y el silencio, contrariamente a lo que otros piensan resulta una compañía entrañable. No tengas miedo, me dice, la soledad no hace daño. Después de todo, se que un día me quedaré tan sólo, que tendré que hacer el amor con mi propia sombra.


Por Luis Ruiz.

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