domingo, 10 de junio de 2012

Xiomara Laugart regresó a La Habana y actuó junto a Argelia Fragoso en una Paladar del Barrio Chino.

(Gracias a Jorge)

Por Ivón Peñalver

Crónica de un regreso: Xiomara Laugart

6/JUN/2012
Decía Gardel que veinte años no eran nada, y respetando su parecer, para muchos cubanos resultó una eternidad el tiempo que distó desde la última vez que vimos en el Teatro Nacional a la otrora morena delgada de largas trenzas que, como nadie, cantó Paria y recordó a una Habana de leyenda.
Xiomara Laugart regresó a La Habana sin fiesta de quince, aun cuando fueron quince los años transcurridos sin oír su risa contagiosa, ni reconocer aquellos brillantes ojos que, sin ser verdes, eran inconfundibles.
Regresó y la acogió la Ciudad de las Columnas como si no se hubiese marchado, la urbe que en los ochenta la vio ganar un concurso Adolfo Guzmán; la vio triunfar en aquellos festivales en los cuales La Habana era motivo de inspiración, y la vio alejarse bohemia junto a almas gemelas como las de Tosca, José Antonio Quesada, Santiago Feliú, Amaury Pérez…entre otros.
Su regreso fue inesperado a la vez que impetuoso y tierno; sabio y aventurero; mágico y raigal. Y ahora más vale saber qué habrá después de esta inusitada fiesta de quince que allende los mares no pudo prepararse, pero que La Habana le tenía reservada aun cuando no sabía cuando alcanzaría la mayoría de edad.
El azar quiso por demás que se encontrase con los de siempre; con los de nunca y con los que quizás se queden en su vida. Esta vez, desde la Casa de las Américas alzó su voz tomada por la noche, la madrugada y su insistente gripe, pero no calló. Sus agudos y graves se habían quedado en la memoria, por tanto, no necesitó decir mucho. Su presencia lo dijo todo… Estoy aquí por ustedes…
Y el recuerdo llegó hasta un público mayor que la esperaría en el Centro Cultural Sauce, aunque la caprichosa lluvia no permitió el encuentro. Entonces quedaba para ella aún por saldar una deuda, y era reencontrarse en el Café Jade con la valiosa cantante cubana Argelia Fragoso. Así en el centro del Barrio Chino, exactamente en el Café Jade, donde la Fragoso es anfitriona de la noche sabatina, se unieron por primera vez en un escenario nacional Xiomara y Argelia, y se hizo la música, las emociones, la complicidad de dos intérpretes que han tenido la virtud de transitar con acierto por diferentes géneros cubanos y foráneos. No sé decir que pasó pero la noche se tornó mágica, tal vez recordando algún motivo que hiciera que César Portillo de la Luz, la describiera como negra bonita de ojos de estrella.
Esta vez, del escenario a la mesa en la que le acompañaban— aún sorprendidos— sus padres, Xiomara se llenó de la Cuba que no dejó atrás. Igualmente, de anfitriona a compañera, Argelia junto al maestro Emilio Morales y sus Nuevos Amigos, prestigió con su repertorio a la Cuba que siempre lleva consigo.
Y amigos todos, cubanos, todos, fuimos los que el sábado 2 de junio, a las 9 de la noche, dimos nuevamente la bienvenida a la Negra, a la Xiomara de los cubanos, a la que ya aclamamos por un pronto regreso de una semana, un mes, un año o diez… o una vida. Un tiempo que no permita que se celebren otros quince años sin que bailemos en su fiesta los que hoy la recibimos.
Y así, intranquila, impetuosa, pasional y auténtica quedó todo preparado para un próximo encuentro en el esperado Centro Cultural Sauce, donde como de costumbre estará formando parte de esa Habana suya, NUESTRA.



Por Luis Ruiz.

No hay comentarios: