sábado, 10 de noviembre de 2012

Despierta con la sensación de que lo han besado.

Despierta con la sensación de que lo han besado. Abre los ojos. La humedad de unos labios sobre los suyos es cierta. Es casi media mañana. La luz que entra por la ventana es pobre. Dice algo aún vencido por el sueño. Se levanta. Va al baño, orina. Orinar es un placer innombrable. Mira su sexo duro y fuerte todavía. El cuerpo es un baluarte personal que hay que cuidar. Se lava los dientes y la cara. Su propia imágen en el espejo es una revelación de lo que significa el tiempo.
El tiempo futuro determinará su permanencia en la tierra.




Por Luis Ruiz.

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