Volviendo a los placeres, que ya me lo dijo mi buen amigo Abilio Estévez, uno de los mejores escritores que conozco (es un placer leerlo), mientras comíamos y conversabamos en un restaurante en Berlín: Eres un sibarita.
Y no le falta razón.
Cada cual nace para lo que nace. O como dice un refrán popular: "Cada cual tiene lo que se busca (o lo que se merece)", que se yo. Cierto que hay personas que se merecen una vida mejor, mi madre y mis hermanos por ejemplo.
Ahora, mientras desayuno con frutas frescas, cada trozo de pina es un deleite al paladar, un viaje interior al paraíso. Sólo el sexo supera ciertos placeres. Y ni que decir del orgazmo, ese momento cumbre que de sólo evocarlo me produce un escalofrío.
Por Luis Ruiz
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