martes, 30 de marzo de 2010

La historia sin fín

De pronto se pone de moda sacar pañitos sucios a la iglesia. Lo que a simple vista pareciera que nunca fué así, o que se trata de casos aislados, raros...mea culpa! Ahora es que los afectados, como por arte de magia en todo el mundo, empiezan a despertar del letargo y acusar a los viciosos. A los que hacían de su misión un vínculo con el placer. Que no son bobos los curas, digo, por su gusto a la carne fresca. Secreto? Pero si hasta el Vaticano conocía de estos abusos sexuales, y los apañó. Para preservar el prestigio de la iglesia o por temor a que sus propias cacas apestaran más allá de esos muros insalvables?

Leo en el Nuevo Herald que el Vaticano conocía el pasado "oscuro" del sacerdote cubano, reverendo Ernesto García-Rubio, que fué expulsado de la Iglesia Católica por acusaciones de abuso sexual. En Wisconsin actualmente hay un escándalo similar. Y en Alemania sucede lo mismo. Y también se dice que todo era conocimiento del Vaticano, y que el actual Papa, señor Ratzinger no era ajeno a ello. Y me digo: Mira tú, y estos se oponen a la unión legal en matrimonio de los homosexuales.

Pero eso no me asombra. Bueno, en realidad asombra a alguien?

Al menos lo que yo conozco de cerca, pero bastante cerca, de estos religiosos, es el apañamiento que buscan en el "selibato" y en predicar la palabra del "señor", para esconder su debilidad por el sexo fuerte y sobre todo jóven. O el débil, porque las monjas no se quedan atrás.

Ay, la moral !?

Y a propósito, Ricky Martin reconoce publicamente su homosexualidad. Ah, aquí el que no tiene de congo tiene de carabalí ! (Eso dicen en mi país).

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