domingo, 27 de junio de 2010

(Cristo Bizantino)


Medio día. Las campanas de la iglesia de la esquina llaman a Misa. Quienes acudirán a escuchar el sermón?-me pregunto con curiosidad. Lo digo porque al menos por mi calle no veo avanzar a nadie con características de beatos dirigiéndose a la iglesia. Además, justo en esa calle se reunen las putas más baratas, feas y sucias de la ciudad, que durante 24 horas operan en el área comprendida por todos los alrededores, la mayoría proveniente de los países de la Europa del Este. Tal vez algunas de ellas entren a rezar una oración y pedirle al señor que les envíe más clientes. O simplemente entren a sentarse y hacer una pausa, pués allí las veo paradas, en invierno y en verano, estoicamente, esperando. Cada día son más, y de aspecto lamentable. Nada ni nadie las puede hacer desistir de su empeño de hacer dinero y carrera en esa profesión tan antigua, como bastante lucrativa para algunas. Ni siquiera la ley. Los vecinos protestan, escriben cartas, entregan pruebas feacientes de corrupción, drogas, alcoholismo, malos ejemplos para sus hijos, alteración del orden civil... Pero vivimos en un país libre, democrático, y eso no es así, ellas tienen derecho, también los chulos que las explotan y maltratan. Ningún ciudadano civilizado puede ofenderse cuando una de estas mujeres se acerca y pregunta: Hast du lust?








Por Luis Ruiz

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