Ensayabamos en un local de la Habana Vieja, de noche, después que terminabamos nuestro trabajo en los respectivos grupos adonde pertenecíamos. Hasta allí iba caminando desde el Vedado, pués no había transporte. Pero eso no importaba, de eso se trata el arte, de esas escaramusas, esos conflictos, esas arbitrariedades. La tosudéz de enfrentar los problemas y a quienes los propician, para pasar sobre ellos y convertirlos en estética y razón de vida: ARTE.
Con Eugenio Hernández no trabajé directamente, pero estuve cerca del trabajo que hizo con Marianela Boán, el cual él dirigía, cuando yo era Asistente de Marianela, y además Productor y Jefe de Escena de Danza Abierta.
Es un placer tremendo saber que los amigos hacen cosas, crean, se enfrentan aún (gracias a Dios) a los fantasmas malignos que los rodean, donde quiera que se encuentren, y hacen Arte.
(Gracias a Jorge Ibarra)

Por Luis Ruiz
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