La tradición es sentarse a tomar café y comer dulce en santa paz. En nuestro caso la mezcla de culturas adereza el rito con unas cervecitas frías, ron con cola, sekt, y algo de música que nada tiene que ver con Villancicos, aunque tampóco con salsa. Termino medio, entre lo sublime y el desparpajo. Eso si, con la medida que la cultura posee. Nuestro amigos alemanes no son de la otra era, sino de ésta, la más cercana a nosotros, así que el cambio les "encanta".
Afuera cae la nieve, silenciosa y a tono con la fecha. Somos nosotros, los venidos a menos, los que alteramos el orden de las cosas. Tampóco es cosa de tomarse demasiado en serio el mundo, asi que pasamos de las convenciones.
Tampóco es costumbre plantar el arbolito antes del 23 de diciembre, el nuestro ya está allí, haciendo acto de presencia con bolas y luces de colores porque a mí se me antoja que asi sea. También porque logramos comprarlo por un precio razonable en el Mercado del sábado de la Winterfeldt Platz, viendo que éste año han subido los precios considerablemente, y nada como uno de verdad, con su olor a naturaleza viva, y nada de atrezo o plástico.
Ya todo está listo para esperar las Navidades y celebrar (aunque ya empezamos, siempre hay un motivo extra para hacerlo).
Por Luis Ruiz
2 comentarios:
La foto y el texto mutuamente se acompañan. Brindo con vosotros también. ¡Mejores tiempos, siempre!
que lindo brindo con ustedes, en este país estamos de puente y huelga de los aviones "el desastre" las navidades vendran ya para la semana próxima. yo he decidido despues de años hacer un arbolito pero el olor de verdad lo busco en el bosque, ya sabes ¿? jijiji.dejo salir un poco mi kitsch y a llenar de brillo la casa dandole vida a los chinos jajajajaja os quiero
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