miércoles, 15 de diciembre de 2010

Sobre las fiestas Navideñas.

Diciembre es un mes propenso a la melancolía. Al menos, en mí provoca ese estado de ánimo.

Yo no crecí en la tradición de estas celebraciones, todo lo contrario. Sí recuerdo, que mi tía Emilia, católica, apostólica y romana, celebraba en su casa la Nochebuena. A ella nunca le importó lo que pensaran los vecinos, ni el CDR, siempre se mantuvo firme con sus creencias.

Preparaba para todos los de la familia que querían asistir, una cena suculenta. Como se las arreglaba para traer a la mesa platos tan deliciosos y variados en épocas tan duras, era todo un secreto, y un acto de bonanza, de ella y Ramón, su esposo asturiano, gran cocinero, maestro de cocina del Gran Hotel de Camaguey. Ellos nunca renunciaron al rito religioso y familiar de unas fiestas abolidas cuando...llegó el comandante y mandó a parar!. Cierto que el que podía contribuía con algún producto o ingrediente que pudiera aportar.

El "lechón en cazuela" de la tía Emilia era espectacular e insuperable.

El recuerdo de esas cenas el 24 de diciembre, en su modesta casita de la calle Verges, en Camaguey, es inolvidable. Ese y otros tantos recuerdos.


Por Luis Ruiz.

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