Esto fué hoy, en una pausa del montaje de la exposición que el pintor Thomas Gabriel presenta en el Restaurant Saigon and More, al que ayudamos a trasladar los cuadros hasta allí y a montarlos. El dueño del Restaurant se acerca y me obsequia una copa de jugo, y a que no adivinan que era, nada más y nada menos que jugo de Guanabana. Al probarlo me digo, ay, éste sabor lo conozco, es Guanabana. Qué?-preguntan Ralf y mis amigos. Será platanito-dicen. Fuí hasta el Bar y pregunté. El camarero sacó el frasco y me lo mostró, decía en español: Guanabana. Juro que casi me emocioné. Nunca había visto aquí en Alemania ese jugo, y de hecho no sé cuanto tiempo que no probaba la fruta. Al terminar Ralf y yo nos marchamos primero. Más tarde nuestros amigos tocaron a nuestra puerta, me traían de regalo el jugo que habían comprado para obsequiarmelo.
Por Luis Ruiz.
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