lunes, 26 de septiembre de 2011

De repente el verano.

De repente el verano da una pirueta para que lo aplaudan y opacar al otono. Lo que no hizo en el verano, que era su escenario por excelencia. Por la manana lo primero que hice fué salir al balcón a felicitarlo por tan magnífica actuación. Más vale tarde que nunca. Poco antes del medio día ya estaba listo para salir y celebrar tan sonado acontecimiento. Qué exagero? No saben ustedes lo que es un invierno de ocho o nueve meses, con un cielo gris por techo, que lo que dan ganas es, como decía una "amiguita" mía, de cortarse las venas con una cuchilla moza para no sobrevivir. Bueno, la verdad que los he sobrevivido ya 17 anos. Somos animales de costumbre y a todo nos acostumbramos. Así que cogí la calle. Más tarde fuí a dar al parque, y como vine al mundo: desnudo, me tiré sobre la hierba a solearme, porque aquí si se puede hacer, aunque el Papa, como se sabe también alemán, intentara con su letanía alertar a los alemanes del peligro (miren ustedes que aberración) del libertinaje y la falta de creencia en Dios, que según él, sin ese senor (Dios) no hay futuro. Sin duda babea. Quisiera haberlo visto hoy allí, rodeado como estaba yo, de otros tantos hombres y mujeres desnudos dando lo mejor de sí. Porque les aseguro que había cada portentos, uyyyyy... Yo no sé que tenía más caliente, si la piel de estar expuesta al sol, o la cabeza con lo que estaba viendo. Es que hasta la sangre me hervía. Nada, que no estaba dispuesto a dejarla pasar. Ahora? Es ya de noche, y yo; liviano y felíz.


Por luis Ruiz.

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