...Decido salir a dar una vuelta por los alrrededores, eso si, estoy seguro que hoy no me dejaré arrastrar hacia los "suburbios". Me abrigo bien. Después de caminar un buen rato siento como el calor se va metiéndo en el cuerpo. Ando sin rumbo fijo. Nada, ningún detalle es capaz de captar mi atención. Podría gritar de impotencia. Reaccionarían los otros a esos gritos? No lo creo. En todo caso llamarían a la policía para reportar a un loco que anda alterando el orden de sus planificadas vidas. No estarían dispuestos a arriesgarse ni por hacer un bien. Pero no grito. Soy tan disciplinado que respeto ese orden. Casi vivo como ellos. Los observo a distancia, con el rabo del ojo, con la misma suspicacia que me miran a mí. Entre todos, pero sin mezclarme. Juntos, pero no revueltos.
O sea, que he aprendido la lección.
Por Luis Ruiz.
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