viernes, 11 de mayo de 2012

Desde Budapest.

Ayer fué un hermoso dia de verano. Subimos al Castillo de...(imposibles nombres)  después de pasar por la Galeria Nacional, ubicada también en un hermoso y monumental Castillo. Paseamos por la orilla del Danubio, enorme, transitado por barcos de pasajeros y pequenas lanchas de motor. Pudiera ser una ciudad magnífica, pero lamentablemente está totalmente abandonada. Por doquier observamos como los revestimientos de las paredes se caen indolentemente, dejando al descubierto las tripas de acero que los sostienen.

Por la noche cenamos en la terraza de un Restaurant hungaro, situado en el "Soho" de Budapest, una calle larga plagada de Restaurantes, Cafés y Bares. Luego, como cada noche desde que llegamos, nos vamos a sentar a un enorme Café-Bar al aire libre, donde más de quinientas personas beben cerveza, fuman, conversan, ríen, la mayoria gente jóven. Alrrededor, en los jardines del parque donde está situada esta terraza, cientos de jóvenes están tirados sobre el cesped bebiendo bebidas que han comprado en los Super Mercados, porque evidentemente es más barata. Aunque los precios, al menos para el poder adquisitivo de otros países de Europa, como Alemania por ejemplo, son super baratos.

A las tres y media de la madrugada aún estamos despiertos, de los Bares de los alrrededores llega la música, y justo frente al Hotel, en la terraza del Bar un grupo bebe y canta como si fuera media tarde de un dia festivo. Los hungaros son muy extrovertidos y jacarandosos, no me los imaginaba asi. En Alemania esta algarabía es impensable, ya hubiera acudido la policía completa con fuerzas de apoyo y todo.


Por Luis Ruiz.

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