domingo, 16 de septiembre de 2012

Las palabras o el silencio.

Las palabras o el silencio. En tercera instancia, la mirada. La luz, que de manera repentina irrumpe y nos aborda. Como un acto inconmesurable de trascendencia existencial. El mundo cotidiano (inevitable), y el que reservamos para esas horas de estar con uno mismo. Las obligaciones que superan nuestra propia existencia, omnibulándonos. Pareciera que nos desintegramos y no volveremos a la forma inicial. Creamos a partir de un estado de catársis casi perenne, crónico, imponiéndonos al avatar de los acontecimientos. Parte de un estado de cosas, aveces miserable. Es la vida. Es el mundo (nuestro mundo). Somos nosotros. Tú. Soy yo.


Por Luis Ruiz.

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