sábado, 6 de abril de 2013

Para mi los sábados...

Para mi los sábados no se diferencian mucho del resto de los dias de la semana. Soy un afortunado, lo sé. Como cada fin de semana cuando Ralf está en casa por la mañana, es él quien me hace el café, y me lo trae adonde me encuentro (normalmente en la biblioteca frente a la computadora) junto a un huevo duro con sal. Ese es mi desayuno, nada más. En esto de la alimentación soy muy exigente conmigo mismo. Como nos levantamos tarde, a eso del medio día salimos. Desandamos la ciudad, hacemos compras, entramos a un Café, nos encontramos con amigos. Dejamos el tiempo correr o que corra por nosotros a su libre albedrío. Es un día gris, y frio, lo cual hace sobre todo que no se diferencie de los demás. A estas alturas es obvio que para mejor tiempo hay que viajar, y lejos. Pero eso, al menos a mí, es lo que me tocó por la libreta. Y no me quejo. Reconozco que me pudo tocar peor destino. Pero el caso es que también tengo derecho a quejarme y exigir. Que aqui nadie me tapa la boca, ni yo me dejo.


Por Luis Ruiz.

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