martes, 19 de enero de 2010

A LA HORA EN QUE LOS DEMONIOS DESPIERTAN Y LE NACEN ALAS

Pareciera como si todo ocurriera siempre a la misma hora, y que el orden de las cosas nunca fuera a cambiar. Digo "pareciera" porque sé que es sólo una ilusión, que no es verdad, que todo es fruto de mi imaginación. Acepto que aveces me complace pensar en la inmovilidad de un punto muerto donde me encuentro anclado, sin poder moverme.

Creo que la noche convoca los demonios que me habitan. Son ellos los responsables de tanta inquietud. La atracción por el mundo de las sombras encierra un peligro del cual yo mismo no soy consciente. Puedo recordar una época en la que salía a recorrer la ciudad cuando la oscuridad se aduenaba de la vida de sus habitantes. Como un cazador nocturno agitado por emociones internas, incontrolables.

He hallado en ese mundo divino de lo oscuro todo lo maravilloso que puede ofrecernos un baul lleno de tesoros. De allí seguramente que esta hora nocturna sea propicia para el alud de sentimientos que me atraen a esas zonas frágiles e inseguras del pensamiento.

Al intentar liberarme de lo que me agita, no hago sino anadir ascuas al fuego. Las imágenes se interponen unas a otras en una guerra de presencias predominantes en las que ningúna quiere ceder terreno. Se hace necesario hacer acopio de voluntad para vencer ese tumulto. Es lógico creer que la noche trae la calma, puede suponerse que las sombras son velos suaves, y que el viento nocturnal viene cargado de perfumes. No sé que pasa, pero a esta hora siento que a mi cuerpo le nacen alas; y quiero volar.

Por Luis Ruiz

1 comentario:

Robe dijo...

Impactante el enfoque que le das al mundo de la oscuridad. comparto esa expresion sensorial que induce la falta de luz.
Saludos.