lunes, 20 de septiembre de 2010

Tarde de domingo.

Voces. No sé si esos niños que juegan en el patio saben lo difícil que es la vida de sus padres. Son extranjeros. Los niños alemanes se mueren de aburrimiento en sus habitaciones frente al televisor o la computadora. Creen que ese es el orden del mundo. La verdadera vida está lejos, más allá de estas habitaciones, en un lugar por conquistar. Así y todo hay que estar agradecidos. Váyanse todos a la mierda. Que aburrimiento! A los condenados a la nada les molesta las voces de esos niños. Pobrecitos.
Y yo aquí leyendo a Bukowski. Bukowskiando.
Será que llega el otoño.


Por Luis Ruiz

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