No quería escribir nada, pero tengo que hacerlo. En realidad hubiera preferido no abrir los ojos ni levantarme. Es una mañana gris insoportable. Me levanté, oriné, me lavé la cara y la boca, me miré en el espejo (aunque hay mañanas que prefiero no hacerlo para no descomponerme), fuí a la cocina y me hice un café. En la biblioteca, junto a la ventana, frente al ordenador. Primeras lecturas. Las noticias realzan los grises eternos de la mañana. En el caballete un cuadro esperando se me pase ésta desidia. Cuando? Para liberarme tendré que vestirme y salir. Perderme por los recovecos de la ciudad. Cae una llovizna tan fina que puede cortar. Encenderé el tocadiscos para escuchar el LP que compré ayer en la tienda de antiguedades: Heinrich Schütz, Italienische Madrigale, Deutsche Lieder und Madrigale. Mi cuerpo pesa tanto como el silencio que me envuelve...
Por Luis Ruiz.
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