jueves, 19 de julio de 2012

Un café por favor.

Pedí una taza de café, y me senté tras los cristales a ver caer la lluvia. Abrí la carta y leí. Un viejo gran amor no se olvida. De pronto el aire me traía olores que creía olvidados. Las palabras no sólo desvelan un sentimiento sino que apuntalan los sueños. Nunca se sabe; la vida tiene que premiar a los elegidos.


Por Luis Ruiz.

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