miércoles, 4 de noviembre de 2009

El cielo va dejando espacio a otros contornos sin definiciones
donde varios rostros se confunden, fundiendose.
Hemos dejado de avisorar estrellas,
fijando la mirada en otros puntos.
Después de todo, por qué hemos de pensar
en quimeras ?
Pasa el tiempo asentandose en cada pliegue,
cada músculo, en los gestos que delatan
la impaciencia.
Llueve, hace frío, la atmósfera se enrarece,
quedamos apresados en ese espacio
de para siempre.
Sonamos con ayer sin manana
en una lentitud que nos niega, nos borra,
extranandonos.
Siluetas mimificadas que pasean la juventud destenida
por otras playas, otras calles, otros parques,
otras estaciones.
Los espejos delatan a los fantasmas del ayer.
La lluvia se detiene en los cristales
congelándose.
Las esquinas devienen declinaciones inevitables:
prpensos a la caída.
Seguimos, seguimos ...
El susto ha pasado, las sorpresas son mínimas,
irrisorias las burlas,
entranables los recuerdos.


por Luis Ruiz

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