domingo, 10 de enero de 2010

No sé por qué algunos "estudiosos" se empenan en desbaratarnos el mundo ideal forjado por algunos artistas, que con su magnífica obra sublimaron la belleza o el mito, que en su tiempo provocó esas grandes inspiraciones.

Ya se sabe que nuestro tiempo está sobrado de "expertos" y "maestros" y "gurús" que todo lo saben, y lo pueden. Pués leo, no con cierta tristeza y desencanto, que aquellas figuras que creíamos libre de toda mácula, como "Las Meninas" o "La Mona Lisa", eran seres inperfectos. Un "experto" (fijense que lo encierro entre comillas) médico italiano cree haber descubierto signos patólogicos en algunos de estos retratos clásicos.

Según él, de nombre Franco, en Las Meninas, la infanta Margarita, parece víctima del síndrome de Albright, enfermedad genética que "incluye pubertad precoz, corta estatura, enfermedades oseas y problemas hormonales.

En "La Escuela de Atenas", de Rafael, hay una figura con las rodillas muy hinchadas y como nudosas, lo que según este "experto" es, "claramente consecuencia de un exceso de ácido úrico típico de quienes padecen de cálculos renales".

El "Cúpido Durmiente", de Caravagio, por ejemplo, padecía "artritis reumatoide infantil, o incluso tal vez raquitismo".

Pero muchio más, la famosa Mona Lisa, de Leonardo da Vinci, era visca o algo así. Según el "experto" Franco, presenta síntomas de xantelsma (vaya nombre), pequenos tumores benignos o levantamientos grasos situados alrrededor de los parpados y que pueden indicar niveles altos de colesterol. O sea, que comía mucha grasa, pellejo de pollo, o yema de huevos; digo yo. Además, La Mona Lisa en sus manos tiene síntomas de: lipomas subcutáneos, es decir tumores benignos compuestos por tejido graso. Bueno, tan delgada como las modelos de hoy no era, eso es obvio.

La famosa Madonna del Porto, de Piero della Francesca, muestra síntomas de bocio, hinchazón de la glándula "tiroidea" "típica de personas que bebían agua de pozo de algunas zonas" durante la Edad Media y que sufrían carencia de yodo.

Semejante estudio me deja atónito, y me pregunto adonde vamos a llegar.

Por Luis Ruiz

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