Todas las noches después de la cena salimos a caminar por la ciudad, cuando casi todos los negocios han cerrado y los turistas se han ido a descansar. Es así como más puede disfrutarse de esa magia que impregna una ciudad como ésta.
Casi a media noche, en medio de la penumbra, un excelente concierto de guitarra por un músico callejero fué la culminación para que se produjera el encanto.
Por Luis Ruiz
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