La poetisa Aurelia Castillo, recordando los tinajones de su niñéz, en su casona de la calle Cristo, escribió: Agua santa de éste suelo en el que se meció mi cuna, agua grata cual ningúna, que bajas pura del cielo. Yo te beso con anhelo, casi con mística unción pués creo que tus gotas son de mi madre el tierno llanto al ver que te quiero tanto, Camaguey, tu corazón. Por Luis Ruiz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario