jueves, 31 de marzo de 2011
Un día como otro cualquiera.
Hoy tuve que salir a la calle más temprano que de costumbre por razones personales, y que sorpresa, ya los termómetros marcaban 12 grados, y se dice que seguirán subiendo las temperaturas durante el día. Regresé hace más o menos una hora, y por supuesto me conecté enseguida a Internet, que es mi conexión con el mundo. Hace tiempo que no cojo un periódico de papel en mis manos, para qué, si aquí, comodamente desde mi casa accedo a toda la prensa y mucho más. Periódicos, Revistas y Blogs. No necesito decirlo, el mundo anda al revés, y uno se preocupa, se entristece, y se alegra, que somos humanos, no? Me doy cuenta que cada vez me intereso más por cosas que antes no me importaban, o no tanto. Y está bien que así sea. Pero al mismo tiempo aprendo a ser más cauteloso con las emociones que tanta información provoca en mí. Es un ejercicio de control y cautela. Con algunos temas, como el de la isla por ej. me sucede algo bastante curioso, tanto como llegó a entusismarme, darme rabia, y llegar a influirme tanto a modo personal, empieza a parecerme como uno de esos seriales o tele novelas, que de tan cursis y retóricos, provocan nauseas. La isla y los isleños, de allá y acullá, me dan la impresión de un ganado despavorido corriendo a campo traviesa sin saber adonde dirigirse. No hay consenso, nada de nada; bla bla bla... Y no sé si decir: es triste, no; da pena. Hay noticias que ni leo completas, les paso por arriba con cuidado, como si temiera pisar una plasta de mierda. Por Luis Ruiz.
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