De noche los interiores iluminados adquieren una magia especial. Anoche salí a caminar, sin rumbo fijo, sólo por el placer de recorrer las calles de mi ciudad en solitario. Es interesante lo que los lugares comunes, que de día miramos sin mirar, la noche nos devuelve con una visión totalmente diferente. Fué propicio el tiempo, inhabitual para ésta época del año, todas las terrazas de Cafés y Restaurantes estaban llenas. Las fotos las hice con el teléfono.
Por Luis Ruiz.
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