domingo, 4 de marzo de 2012

Fué ayer sábado.

Desde hace mucho tiempo voy a comprar Incienso a una viejita que todos los sábados instala su Stand en el mercado de la WinterfeldtPlatz. La primera vez que la vi me hizo recordar a mi abuela materna, y en ese momento me puse muy triste y sentí deseos de llorar. Desde entonces le decía abuela y sólo a ella le compraba el Incienso.

Durante todo el mes pasado no armaba su negocio, pensé que se debía a que era tan mayor y a causa del frio. No obstante yo iba religiosamente cada sábado a ver si había regresado.

Ayer, cuando vi el Satand y los Inciensos sobre la tabla de madera que funcionaba como mostrador me puse contento. Pero no estaba ella. Pensé que se encontraba cerca y que la señora del lado vigilaba el negocio hasta que regresara. Sin embargo no fué asi. Nos dijo la señora cuando le preguntamos: Es su nieta la que ahora atiende el negocio, la señora murió hace un mes.


Por Luis Ruiz.