Los espacios, no por repetitivos dejan de sorprender. A consecuencia de los cambios bruscos de tiempo, y los pertinentes cambios de luz que esto genera, el paisaje que cada día observo a través de las ventanas, cambia. Soy muy suceptible a estos cambios. Formal y emocionalmente. Dependo de ellos. Acaparan mi atención.
Por Luis Ruiz.
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